viernes, 1 de mayo de 2020

TAREA NºXXIII. ANÁLISIS DE UNA PELÍCULA QUE SEA DE TU AGRADO.


ALITA, BATTLE ANGEL

1. Ficha técnica y artística de la película.
Título original: Alita, Battle Angel
Año: 2019
Duración: 121 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Robert Rodriguez
Guion: James Cameron, Laeta Kalogridis, Robert Rodriguez (Novela gráfica: Yukito Kishiro)
Música: Junkie XL (Tema: Dua Lipa)
Fotografía: Bill Pope
Reparto: Rosa Salazar, Christoph Waltz, Jennifer Connelly, Jackie Earle Haley, Ed Skrein, Mahershala Ali, Lana Condor, Keean Johnson, Jorge Lendeborg Jr., Eiza González, Leonard Wu, Elle LaMont, Marko Zaror, Jorge A. Jimenez, Billy Blair, Jeff Fahey, Casper Van Dien, Idara Victor, Derek Mears, Rick Yune, Hugo Perez, Alex Livinalli, Neal Kodinsky, Sam Medina, Darcel Danielle, Garrett Warren, Vincent Fuentes, Gregg Berger, Michelle Rodriguez, Edward Norton, Jai Courtney
Productora: 20th Century Fox / Lightstorm Entertainment / Troublemaker Studios / TSG Entertainment / Stereo D. Distribuida por 20th Century Fox. Productor: James Cameron
Género: Ciencia ficción. Acción. Romance. Thriller | Cyberpunk. Robots. Manga. Live-Action

2 Sinopsis.
Cuando Alita (Rosa Salazar) se despierta sin recordar quién es en un mundo futuro que no reconoce, Ido (Christoph Waltz), un médico compasivo, se da cuenta de que en algún lugar de ese caparazón de cyborg abandonado, está el corazón y alma de una mujer joven con un pasado extraordinario. Mientras Alita toma las riendas de su nueva vida y aprende a adaptarse a las peligrosas calles de Iron City, Ido tratará de protegerla de su propio pasado, mientras que su nuevo amigo Hugo (Keean Johnson) se ofrecerá, en cambio, a ayudarla a desenterrar sus recuerdos. Cuando las fuerzas mortales y corruptas que manejan la ciudad comienzan a perseguir a Alita, ella descubre una pista crucial sobre su pasado: posee habilidades de combate únicas que los que ostentan el poder querrán controlar a toda costa. Sólo manteniéndose fuera de su alcance, podrá salvar a sus amigos, a su familia y el mundo que ha aprendido a amar. Remake del clásico anime de 1993 "Alita, Ángel del Combate".

3.Análisis argumental.
La adaptación de “Gunnm” (o “Battle Angel Alita”), el manga de Yukito Kishiro, viene dando vueltas desde hace más de quince años cuando James Cameron se “comprometió” a llevarlo a la pantalla grande. Demasiado ocupado en las eternas secuelas de “Avatar” (2009), el proyecto cayó en el limbo cinematográfico hasta que Robert Rodriguez tomó la posta detrás de las cámaras, siempre con la producción de Jaimito y un guión pergeñado entre ellos dos más la colaboración de Laeta Kalogridis (“Altered Carbon”). Con tanto currículum y ciencia ficción sobre esos hombros, uno querría creer que “Battle Angel: La Última Guerrera” (Alita: Battle Angel, 2019) es lo mejor que le va a pasar al género en muchísimo tiempo, pero como muchos blockbusters actuales, la historia de esta joven cyborg se pierde en la espectacularidad de los efectos especiales y poco hace por la trama y sus personajes.
Estamos en el año 2563, la Tierra quedó devastada después de una guerra catastrófica contra los marcianos y, como suele suceder, los pobres se quedaron a vivir entre la miseria y la chatarra, y los ricos se mudaron a la única ciudad flotante que quedó en pie, conocida como Zalem. Rebuscando entre la basura que se esparce a lo largo y ancho de Iron City, el doctor Dyson Ido (Christoph Waltz) descubre los retos de una joven cyborg cuyo cerebro humano todavía está intacto, al igual que su corazón.
Este experto en arreglar todo tipo de robots o humanos con partes metálicas, está dispuesto a darle una nueva oportunidad y el cuerpo artificial de su hija ya fallecida. Alita (Rosa Salazar), como decide llamarla, no recuerda absolutamente nada de su pasado, pero poco a poco irá recopilando flashes de lo que fue, y de muchas habilidades que no son tan comunes entre los de su especie.
Todo es nuevo para esta jovencita que pronto se hace amiga de Hugo (Keean Johnson), adolescente recolector de chatarra que sueña con mudarse a Zalem y cree poder conseguirlo juntando los puntos necesarios trabajando para Chiren (Jennifer Connelly) y Vector (Mahershala Ali), promotores de Motorball, deporte ultra popular donde los cyborgs compiten en una carrera a muerte. Como es de esperar, Alita queda fascinada con Hugo y esta forma de entretenimiento, pero también con las actividades extracurriculares de su padre adoptivo, convertido en Hunter-Warrior, cazando criminales para que las calles de Iron City sean un poquito más seguras.
Tras un encontronazo con Grewishka (Jackie Earle Haley), un criminal súper fiero que no se va a dejar atrapar tan fácilmente, Alita desea seguir los pasos de Ido y convertirse en cazadora, sin saber que está alentando la curiosidad y las malas intenciones de Nova, científico de Zalem que puede traspasar su consciencia a otros individuos para tomar el control de sus cuerpos.
A partir de ahí, “Battle Angel: La Última Guerrera” se convierte en un menjunje de historias que más de una vez se van a encontrar con un callejón sin salida o, peor aún, sin un desenlace porque Cameron y Rodriguez planean hacer de esta una saga cinematográfica, cometiendo un error garrafal: dejarnos un final bastante abierto.
Mientras Alita descubre sus habilidades de combate, como así también su verdadera procedencia, su humanidad incipiente la llevan a enamorarse de Hugo y hacer lo que sea para ayudarlo a cumplir sus deseos de mudarse a Zalem. Al mismo tiempo debe huir del vengativo Grewishka, o cazarlo, antes de que sea demasiado tarde.
Alita es el centro y lo mejor de esta aventura cyberpunk que toma demasiado prestado de antecesoras como “Blade Runner” (1982) y Rollerball (1975), o heroínas young adult más recientes como Katniss Everdeen o Beatrice Prior. Este es el público que quieren conquistar los realizadores: jovencitos con ganas de franquicias interminables ambientadas en futuros desesperanzadores. Pero a diferencia de “Los Juegos del Hambre” o “La Saga Divergente”, Alita se concentra mucho más en su romance adolescente, que en convertirse en la figura salvadora que puede liberar a Iron City del yugo de Nova y los ricachones de Zalem.
Sí, claro, este es su destino, pero “Battle Angel” es apenas el capítulo introductorio, una película que falla a la hora de crear un relato completo y sólo juega con las diferentes tramas y la única intención de crear el interés suficiente para engancharnos con una o varias secuelas. Un truquito barato, adornado con buenos efectos especiales (aunque las facciones en CGI lo invadan todo), muchos enfrentamientos, violencia y cuerpos mecánicos desmembrados (y eso que es apta para mayores de 13 años), y la banda sonora de Junkie XL, a esta altura, encargado de todas las aventuras post-apocalípticas que se le crucen por el camino. El pobre se convirtió en un cliché.
A Rodriguez se le va de las manos el temita de la “occidentalización” de la historia original, y a pesar de que Iron City se nos presenta como una ciudad multicultural, su película falla bastante a la hora de la diversidad; ni hablar que convierte al afroamericano protagonistas en el villano de turno como mero capricho del guión… o pura coincidencia.
En resumen, “Battle Angel: La Última Guerrera” entretiene hasta ahí porque sus dos horas de metraje no nos dan los frutos narrativos necesarios. Lo invade todo con su aspecto visual poco innovador y sus criaturas, y a pesar de tener en su protagonista la mejor herramienta, no llega a aprovecharla al 100%.  Igual, necesitamos más Alitas en la pantalla.

4.Análisis técnico.
A pesar de que el cine, al igual que la inmensa mayoría de formas de expresión artística que puedan venirnos a la cabeza, se encuentre en el polo opuesto de lo lógico y lo matemático, en ocasiones nos topamos con fórmulas que, nada más ser planteadas, anticipan un éxito prácticamente asegurado en el que el margen de error es casi inexistente.
La descomunal 'Alita: Ángel de combate' ejemplifica esto a la perfección, demostrando lo que ocurre al situar como principales factores de la ecuación a un artesano de la talla de Robert Rodríguez y a un auténtico visionario —pocos cineastas merecen ese calificativo tanto como él— como James Cameron. El resultado, como no podría ser de otro modo, se ha traducido en un blockbuster revolucionario y relevante; una de esas cintas que marcan la diferencia y a la que lo único que puede echársele en cara es las ganas de más que deja tras su último fundido a negro.
Únicamente por sus precedentes, el último trabajo para la gran pantalla del cineasta mexicano desde la inédita secuela de 'Sin City' tenía todas las papeletas para errar el tiro y sumarse a la extensa lista de mangas y animes defenestrados —salvo honrosas excepciones— en unas adaptaciones live action que, obviando su fidelidad o falta de ella al material original, dejaban mucho que desear en términos cinematográficos y narrativos.
Por suerte, y para regocijo de los que estábamos dominados por el escepticismo frente a esta nueva versión de la obra de Yukito Kishiro, 'Alita: Ángel de combate' ha terminado desmarcándose de sus homólogas; brillando —con intensidad variable— en todos y cada uno de sus aspectos al extraer lo mejor del código genético y del talento de sus dos máximos responsables, proyectado en un espectáculo asombroso y emocionante.
Pocos casos invitan a reivindicar con tanto hincapié la importancia de la figura del productor como el que nos ocupa. Y es que 'Alita' no hubiese sido posible sin la implicación de James Cameron, quien ha logrado deleitar con una nueva e incontestable revolución visual que se revela como el salto evolutivo natural de lo que nos ofreció hace una década con la fantástica 'Avatar'.
El filme de 2009 sentó unas bases tecnológicas y logísticas que 'Ángel de combate' ha llevado un paso más allá, huyendo de los frondosos y coloridos bosques de Pandora para dar forma a un universo en clave cyberpunk que transpira verosimilitud en cada uno de sus fotogramas. Esto se extrapola a unos personajes impecables entre los que destaca, cómo no, una Alita rebosante de vida e integrada a la perfección que hace olvidar instantáneamente que es un personaje creado a través de performance-capture.
Aunque, por encima de esta atronadora exhibición de músculo, de unas alucinantes secuencias de acción capaces de desencajar mandíbulas y de la mejor utilización del 3D vista hasta la fecha, lo que hace funcionar plenamente al largometraje se encuentra concentrado en sus elementos más básicos y elementales: el diseño y concepción de una protagonista con la que se empatiza de forma instantánea y la soberbia y artesanal dirección de un Robert Rodríguez que extrae oro de una arquetípica historia coming-of-age con cierto regusto a déjà vu.
Es precisamente la previsibilidad de una trama que no teme circular por territorios más que comunes el punto más amargo de una 'Alita: Ángel de combate' que, tras cerrar el arco dramático de su personaje principal y hacer circular en pantalla los títulos de crédito, me ha dejado atrapado en las calles de Iron City mientras sueño con lo que pueden llegar a dar de si las potenciales futuras entregas de una hipotética saga. Y esto es algo que sólo genios de la talla de Rodríguez y Cameron pueden conseguir cuando vuelcan sus esfuerzos en poner patas arriba la industria.
5.Análisis connotativo o crítico (personal).

Como fan de lo Steampunk Y por extensión de lo Cyberpunk esta pelicula sin importar la trama o incluso los actores es una que siempre me llama la atención más por los decorados que por la propia pelicula, Aunque al final la trama también terminó gustándome más de lo que pensaba.

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